ESTHER ANGÉLICA CABRERA HINOJOSA
"Fuiste al combate, con fuerza e intensidad, te entregaste a todo lo que creíste importantetu huella será seguida por muchos jóvenes como tú, valientes y grandes como tú"
22 años, soltera, egresada del 4º Año de Educación Media. En abril de 1986 es detenida en la calle, permanece presa durante 4 meses, siendo luego sobreseída. Su padre, Adrián Cabrera, fue detenido en 1986, había sido dejado libre bajo fianza pocos días antes de Corpus Christi, el 11 de junio de 1987. El lunes 15, Esther sale a las 19 horas de su casa y no vuelve más.Esther era la menor de los hijos de la familia Cabrera Hinojosa, familia duramente reprimida, 4 hijos fueron detenidos a principios de año.Su madre la recuerda así: "Algunos días más y habrán transcurrido dos años desde aquel día 16 de junio de 1987, un día tan triste que muchos jamás podremos olvidar, no podremos olvidar una llamada "Operación Albania" ni el horror que parecía impregnar el aire mismo que respirábamos, no hay disculpa ni podrá haberla para los crímenes cometidos aquel día. Eran jóvenes con el espíritu lleno de esperanzas, motivados por los más altos ideales... Yo conocí a una de ellas, se llamaba Esther Angélica Cabrera y la llamábamos "Chichi" y era mi pequeña. La última de 5 hijos amados por ser hijos y admirados por su capacidad de entrega.Esther aceptó el camino más difícil para vivir, se sentía responsable y por ello sufría y a veces era feliz y yo sufría y era feliz también viendo como ella creía... En realidad, Esther, mi adorada hija, desarrolló un espíritu exuberante, un ánimo de servir con desesperación.Se llenaba de amor con cada experiencia que tomaba. Ella siempre fue, como estudiante, una buena alumna y una buena compañera y fue participante activa en organizaciones estudiantiles. En casa tomó responsabilidades igual que sus hermanos; tenía un espíritu de solidaridad y hermandad admirables. Gustaba de la música comprometida y la poesía, amaba el campo, amaba la ciudad, amaba a tanta gente y era amada por ellos.Esther vivía plenamente con todos sus sentidos. La vida de Esther junto con las vidas de tantos jóvenes valiosos, al entregarla por la causa de nuestro pueblo, refleja un propósito y una obligación: no olvidar la grandeza de sus actos.No olvidar la obligación de ser valientes. Ellos dieron el ejemplo; no olvidar que allí frente a nuestras conciencias está Esther, mi hija y están todos esos otros gigantes de espíritu parados apuntando hacia el norte de nuestras esperanzas, Esther fue asesinada, destruido su cuerpo por las balas un 16 de junio de 1987. Ahora dos años después, ella y los otros están aquí y estarán en cada lugar del país y del mundo donde haya conciencia de la atrocidad cometida y de la grandeza de los héroes que entonces cayeronEsther, hermana, joven y bella, alegre fuiste al combate, con fuerza e intensidad te entregaste a todo lo que creíste importante. Tu huella será seguida por muchas jóvenes como tú, valientes y grandes como tú.
¡No hay perdón ni olvido! ¡No a la Impunidad!
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